
Explorando la Sexualidad en Personas con Síndrome de Down: Experiencias y Manifestaciones
abril 22, 2024JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA PEDAGOGICA B-Art y del Modelo de intervención ABArt. Una propuesta para el abordaje integral de alteraciones del comportamiento, condiciones y Trastornos del Espectro Autista.
Por: César Blumtritt
Hace mucho tiempo, desde el 2008 exactamente, emprendí un camino relacionado con el arte para poder transitar por las fronteras de muchos aspectos desconocidos para mí sobre el autismo, teniendo en cuenta los desafíos que profesionalmente me imponía.
Comencé utilizando el dibujo y la pintura, luego incluí la música, la expresión corporal y danza, como un lenguaje que me permitió favorecer la comunicación y la posibilidad de educar en la primera infancia, y a través del cual pude dar herramientas para que se dieran esos procesos de construcción de diálogo, procesos de educación emocional y de intercambio social naciendo así un método de trabajo al que llamé ABArt, toda vez que estaba incluido dentro de los procesos de modificación de conducta, particularmente el Análisis Conductual Aplicado.
Con el correr del tiempo y con el trabajo realizado con el Equipo interdisciplinario ETCCA, se han ido enriqueciendo las ideas basadas en las experiencias adquiridas, lo que llevó a la creación de la Propuesta Pedagógica B-Art.
Entendí a través de estos cambios, la importancia de los procesos sensoriales en el desarrollo, entendiendo que, cuando se logra procesar adecuadamente toda la entrada de estímulos sensoriales se desarrolla una apropiada madurez neurológica, que facilita que toda la información que se recibe sea procesada adecuadamente y que tenga un significado para el aprendizaje del niño, quien responde al medio de manera adecuada.
Todo el aprendizaje humano se sustenta en esas entradas sensoriales y aprendemos a conocer e interpretar nuestro mundo a través de lo que escuchamos, vemos, olemos, tocamos, de cómo vamos dándole sentido al movimiento para integrar nociones de espacialidad, temporalidad, esquema corporal, entre otras adquisiciones psicomotrices.
Otros temas
La percepción es un proceso que le permite al organismo recoger, interpretar y comprender la información del mundo exterior, información que se acopla con las asociaciones cognitivas, dirigiéndose y relacionándose con los diferentes componentes que hay en la memoria, es decir, los conceptos que hemos ido adquiriendo en la conformación tangible del mundo.
Este proceso perceptivo va a depender del desarrollo, la madurez y los aprendizajes adquiridos.
Los bebés no tienen conciencia de su cuerpo, lo perciben fragmentado y aprenden a auto percibirse de manera gradual y aprenden a controlar las diferentes partes del cuerpo para realizar movimientos intencionados. Durante su desarrollo perceptivo aprenden a diferenciar los diferentes estímulos procedentes de un sin fin de sonidos, formas, colores, patrones y movimientos, desarrollando así la habilidad de diferenciarlos, es decir, aprenden a usar sus órganos sensoriales y a conectar esas imágenes sensoriales con sus significados. Durante esta etapa, el mundo real y el mundo que se percibe – imagen mental – son diferentes ya que todo lo que percibimos a través de nuestros sentidos se construye en el cerebro, por lo que la percepción es un proceso que comprende la información recibida por los órganos sensoriales, que está influida por la información interna, es decir, lo almacenado y adaptado a las vivencias
anteriores.
La percepción implica tomar información y darle sentido, siendo un mecanismo activo, selectivo, constructivo e interpretativo, donde influyen nuestras motivaciones, necesidades y actitudes con un trasfondo socio – cultural.
Cuando las percepciones no se integran, puede suceder que el niño vea el todo como una entidad individual llena de detalles que no puede procesar de manera simultánea. Esto, puede deberse a una gran memoria fotográfica que le ayuda a retener toda la escena, y algo que es interesante, es que puede comenzar a pintarlos a partir de cualquier detalle, que en ocasiones pueden parecer insignificantes, y terminarlo con mucha facilidad. En este aspecto en particular, consideramos el dibujo como un proceso que el niño utiliza para transmitir un significado y reconstruir su ambiente. El proceso del dibujo es algo mucho más complejo que el simple intento que una representación visual.
La percepción implica tomar información y darle sentido, siendo un mecanismo activo, selectivo, constructivo e interpretativo, donde influyen nuestras motivaciones, necesidades y actitudes con un trasfondo socio – cultural.


Ese proceso implica que el niño dibuja para expresar sus propias necesidades, para socializar, aprender e interiorizar el mundo en el cual está inmerso y así ir poniendo los sustentos de aprendizajes cada vez más complejos.
En las investigaciones sobre este tema, se hace un análisis sobre el dibujo y su relación con funciones y diferentes habilidades que intervienen en el dibujo y que actúan de manera conjunta, entre los que destacamos la percepción visoespacial, mecanismos atencionales, conceptos previos adquiridos, funcionamiento ejecutivo, manipulación y control motor, entre otras. Cuando las personas están pintando, están almacenando al mismo tiempo muchos modelos mentales en la memoria a largo plazo o de trabajo que luego se combinan para crear representaciones gráficas diferentes.
Este proceso resulta muy similar al lenguaje, en el que se almacenan diferentes elementos léxicos que se combinan para generar nuevas y múltiples producciones lingüísticas. Además, el dibujo y el lenguaje se desarrollan bajo un contexto cultural, el cual es individual y propio de cada niño, lo que enriquece ambos procesos.
El Aporte de la Psicología
La investigación en psicología y especialmente en el ámbito del Análisis de Conducta Aplicado (ABA, por sus siglas en Ingles, Applied Behavior Analysis) ha demostrado ampliamente la beneficiosa influencia del medio ambiente en el desarrollo de habilidades de la población infantil.
Los estímulos del medio desempeñan un papel de singular importancia, ante esto, desde diferentes perspectivas en psicología, se han planteado diversas formas de intervención de problemáticas infantiles como son los trastornos del desarrollo y la discapacidad intelectual.
Uno de los aportes más significativos se ha dado desde la perspectiva del comportamiento basada en técnicas de condicionamiento clásico y operante.
El uso de estas técnicas se ha implementado en gran medida, en el entrenamiento a los padres y maestros sobre cómo actuar para neutralizar el curso atípico del desarrollo, que surge como consecuencia de un determinado proceso patológico. Propuestas de terapia del comportamiento como: Moldeamiento, encadenamiento, economía de fichas, tiempo fuera, entre otros, han sido las técnicas predominantes en los procesos de intervención con población en situación de discapacidad.
Este tipo de intervención ha sido enriquecida con propuestas de educación artística, que con programas centrados en la enseñanza favorecen la creatividad y han despertado gran interés entre los profesionales encargados del trabajo con esta población.
El fomento de las actividades artísticas en las escuelas ha sido apoyado por la UNESCO desde noviembre de 1999, y no sólo ha procurado facilitar la práctica de las artes en contextos formales y no formales, sino también, mejorar la calidad de la educación reconociendo la función de las artes en el ámbito escolar como medio de promover la educación desde cinco puntos de vista: el desarrollo estético, socioemocional, sociocultural, cognoscitivo y motor.
Asimismo, diversos estudios han demostrado que las actividades artísticas como el arte teatral y la danza favorecen una mejor apreciación del arte, además de desarrollar capacidades interpersonales, realzar aptitudes para escuchar, hablar, leer y escribir, además de una mejoría en el comportamiento de los alumnos, mayor motivación por la lectura y una creciente madurez emocional.
Programas como el del Instituto Wolf Trap de Washington, DC, y el Harvard Proyect Zero [Proyecto Cero de Harvard] (2001), que imparten cursos de música, movimiento y teatro dirigidos a niños de edad preescolar de escasos recursos, demuestran que los participantes en estos programas poseen niveles más altos de interés de atención en clase, se integran mejor y multiplican las interacciones con sus compañeros en comparación con los alumnos que no
tomaron parte en ellos.
Es claro entonces, que la importancia de la educación artística se está reconociendo cada vez más y que este tipo de enseñanza lucha constantemente por afianzar su posición en los programas de estudios oficiales, especialmente en los países en desarrollo.
Para llegar al logro de este objetivo, es indispensable estructurar la estrategia de intervención a través de programas fundamentados teóricamente, no sólo desde la actividad artística, sino con la base de una intervención psicopedagógica que complementen las bondades de lo artístico a la vez que se apoyan en el conocimiento de profesionales experimentados en técnicas de intervención comportamental como el ABA, que contribuyan a la estructuración de estrategias
de intervención claras que puedan beneficiar el proceso de formación de la población con trastornos del desarrollo y la discapacidad cognitiva.
¿Qué podemos decir del Arte y el desarrollo?
La enseñanza que se apoya en las disciplinas artísticas, como la música, teatro o las asignaturas de plástica del colegio ayudan a desarrollar distintas funciones cerebrales, además de aportarnos muchas herramientas para desarrollar competencias sociales y emocionales y, por tanto, influir también en la positividad de los niños ya que su autoestima aumenta, y es que el cerebro procesa todas las motivaciones que podamos proporcionarle, toda vez que fomentamos que se desarrolle con una visión más profunda y real del mundo que nos rodea.
Además, el arte favorece:
Además, el dibujo contribuye al desarrollo de la escritura en los más pequeños. La infancia temprana es el período idóneo para enseñara los niños las distintas disciplinas artísticas que existen por su gran capacidad para absorber, fácilmente, cualquier tipo de aprendizaje.
En los primeros años, de una manera natural, el niño juega, canta, baila, dibuja y pide multitud de actividades que son imprescindibles para su correcto desarrollo sensorial, motor, cognitivo, emocional y, en definitiva, cerebral que les permite aprender mejor.
Además, potenciando las actividades artísticas, el niño se divierte y se muestra orgulloso de sus resultados, los expone e intenta mejorar.
Beneficios que tiene el arte en el desarrollo cognitivo
Aprender, con técnicas relacionadas con disciplinas artísticas consigue que lo aprendido
permanezca en el cerebro de los niños más tiempo, por lo tanto:
1.- Mejora la memoria a largo plazo
2.- Mejora los resultados en los pequeños con dificultades lectoras
Además, los beneficios del arte se dejan notar especialmente en áreas como la representación simbólica, la relación espacial, números y cantidades, orden, series y clasificaciones, entre otros.
¿Qué le recomendamos a los padres y maestros?
Para utilizar el arte y potenciarla memoria a largo plazo, uno de los ejercicios más sencillos es pedirles que te explique la forma en la que hace algo.
Es decir, si van por ejemplo a un parque, al volver a casa, pídele que dibuje todo lo que recuerda, o cuando juegan en el recreo que hagan la misma actividad.
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